La Magia del Amor

“Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado, es dejar ser sin poseer.”

– Gabriel García Márquez 

El amor es la libertad de volar acompañado, si lo atamos o cortamos sus alas, ¿con quién viajamos? 

Ser y dejar ser es el mayor desafío y la mejor recompensa del amor en pareja. 

Aspirar a un amor con quien puedas ser tú mismo, en tu locura y tu cordura, es un tesoro difícil de encontrar. Quien ha tenido la bendición de abrazarlo, sabe lo que se siente tener alguien que te mire a los ojos y te diga “eres tú, completa, desnuda, en tu descarnada silueta, a quien amo profundamente; eres tú, con tus manchas y tu sombra, con tu luz y tus formas; eres tú y no podría ser más Nadie, porque a través de ti, conocí la mejor versión de mi”. Pues esa es precisamente una de las cualidades del verdadero amor: te hace más grande. Te lleva a viajar dentro de ti, conocer tus debilidades, tus inseguridades y tus dificultades para forjar tu carácter y sacar lo mejor de ti. 

Sin embargo, aspirar a un amor así no es para cualquiera, es una apuesta para valientes. El amor implica vulnerabilidad, correr el riesgo de navegar el incierto mar de caminar junto a un otro, quien podría no estar contigo pero elige, en toda su Libertad, estarlo. Porque el amor es una decisión, una decisión que tomamos cada día y con cada comportamiento la afianzamos o la desestimamos. No podemos amar si estamos armados, mucho menos si el miedo a perder al otro nos lleva a controlarlo, restringirlo, poseerlo o celarlo. 

Se requiere de mucho coraje para estar con alguien que es tan libre, que tiene tanto cielo y horizonte como el mundo lo permite y, aun así, aunque tenga mil y un opciones, te mira a ti, te agarra la mano y decide, día tras día, volar de tu lado. 
Eso es amor. 


¿Y tú? 

¿Eres tan valiente como para amar así? 


¿Tienes las agallas de ser tan libre y tan auténtico que le permitas al otro serlo? 


Si sí, te me quito el sombrero, eres un verdadero guerrero.